Confieso que tengo el peor defecto en esta comunidad universitaria. Digo lo que pienso, sin importarme quien sea y aunque tenga el riesgo de perderlo todo.
Yo no tengo un cuerpo que haga pesar mi curriculum vitae, ni pertenezco al grupo de poder o soy familiar es por eso que otros ganan más que yo.
Cada día me peleo para mantener mi sonrisa y mi fe en la humanidad, el saber que somos solo piezas en un juego de ajedrez de la productividad que solo se distribuye a los de arriba.
Mas trabajo he igual sueldo, tómalo o déjalo.
Si quieres laborar ocho horas te miran como si hubieras dicho una blasfemia.
La lengua es el arma de la mediocridad, por que sabe que no es capaz de destacar.
En cambio el que es capaz confía en si mismo por que siempre esta buscando mejorarse así mismo.
Esto es lo que aprendí cuando me rotaron de oficina, yo que amaba a mi Alma Mater, y pensaba que era mi casa, ahora se que se convirtió en mi cárcel, que es muy difícil hacer carrera administrativa.
Que la gente confunde ser servidor público con sirviente.
Que todo lo hermoso que se dice en los cursos la práctica nos hace vivir una cruda realidad, de las cuales estratégicamente nos hacen creer que somos los culpables.
A nivel laboral todavía estamos en la etapa feudal-
No hay comentarios:
Publicar un comentario